¿Qué es el estado de alerta?
Es un estado de lucha o huida
Es una reacción automática que se activa cuando el cerebro percibe peligro (real o imaginario).
Se origina en la amígdala (la parte del cerebro que detecta amenazas) que activa el sistema nervioso simpático.
y desencadena una serie de cambios fisiológicos diseñados para protegernos.
Es parte esencial de nuestra sobrevivencia, que mantuvimos a nivel evolutivo,
pero, en la vida moderna puede llevar a un estado crónico que afecta el nivel de vida.
Cambios fisiológico que nos ayudan con la lucha o huida de la posible amenaza:
1. Liberación de hormonas del estrés: Se segregan adrenalina y cortisol.
2. Cambios en el cuerpo:
- Aumento del ritmo cardíaco para bombear más sangre a los músculos. (necesarios para correr de la amenaza)
- Respiración rápida para llevar más oxígeno al cuerpo.
- Dilatación de las pupilas para captar mejor el entorno.
- Desactivación de funciones no esenciales como la digestión y el sistema inmune. (Que no son necesarias en caso de lucha o huida)
Estas reacciones preparan al cuerpo para:
Luchar: Enfrentar el peligro.
Huir: Escapar de la amenaza.
¿Por qué se da el estado de alerta constante?
En la vida moderna, nuestro cerebro muchas veces interpreta como amenazas situaciones que no lo son realmente, como:
- Estrés laboral.
- Conflictos personales.
- Rumiación
- Exceso de responsabilidades.
- Uso constante de pantallas y noticias negativas.
Esto genera un estado de alerta constante, donde el sistema nervioso simpático no "se apaga" y quedamos atrapados en este modo, afectando nuestra salud mental y física.
Consecuencias del estado de alerta prolongado:
- Ansiedad.
- Insomnio.
- Dolores musculares (especialmente cuello y espalda).
- Dificultad para concentrarse.
- Problemas digestivos.
- Bruxismo
- cansancio
- Dificultad para relajarse
El estado de alerta en segundo plano se da cuando aunque hayamos aprendido a regular el sistema nervioso, NO LO SANAMOS.
tenemos respuestas exageradas a situaciones de estrés como hablar en público, tomándolas
como si fueran una amenaza real, provocando los síntomas anteriores u otros como:
- Imposibilidad de tranquilizarse a corto plazo
- Dolor muscular, tensión
- Dolor de cabeza
- Lagrimeo
- Irritabilidad
- Sueño excesivo
- Cansancio
- Sobrevigilancia.
¿Cómo regular el estado de alerta?
Para regresar al equilibrio necesitamos activar el sistema parasimpático (El encargado de la relajación)
Técnicas holísticas como:
- Reflexologia para regular el estrés, el sueño y dolores corporales
- infusiones relajantes como valeriana, pasionaria, lavanda
- Aromaterapia: Especializado en estrés
- Masajes: Relajación y descontracturantes
- Técnicas de PNL: reprogramación mental, anclajes, mentalidad positiva
- Respiración profunda: Ayuda a reducir el ritmo cardíaco.
- Meditación y mindfulness: Centran la mente en el presente.
- Ejercicio físico: Libera tensión acumulada (de bajo impacto)
- Contacto con la naturaleza
- Caminatas al aire libre
- Técnicas de relajación muscular: Como el yoga.
- Conexión social: Hablar con alguien de confianza reduce el estrés.
- Higiene del sueño
Es importante identificar qué situaciones desencadenan el estado de alerta, y TOMAR LAS MEDIDAS NECESARIAS NO SÓLO PARA REGULARLO SINO PARA SANARLO.
Así como también implementar la vigilancia y supervisión constante de nuestro organismo, sus cambios y nuestro bienestar.